La ejecución de la viga de atado de un muro-pantalla en las proximidades de un río o cerca del mar tendrá la particularidad de tener el nivel freático próximo a la superficie.
En el blog hemos tratado algunos temas relacionados con este. Si no tienes conocimientos previos (o quieres simplemente profundizar un poco), los siguientes post tratan aspectos que aquí comentamos de pasada.
En el post de hoy plantearemos cómo una problemática de este tipo nos puede afectar a la ejecución de la viga de atado, y qué tipo de consideraciones previas hay que hacer.
Nivel freático
Un aspecto que hay que tener claro es que la posición del nivel freático no es un dato absoluto. Puede variar en distintas partes del solar, puede subir y bajar tanto a medio como a corto plazo (cerca del mar, las mareas producen ascensos y descensos del nivel freático). Y ya que estamos con las mareas, recordar que la dinámica de mareas produce corrientes en el acuífero costero que hay que tener en cuenta a la hora de planificar el hormigonado y/o las inyecciones en el terreno (por ejemplo, anclajes).
Ejemplo práctico
Volvamos al tema. Para intentar hacer esto lo más didáctico posible, pondremos un ejemplo que no va a ayudar a entender bien la problemática y los pasos a seguir:
- El nivel freático se encuentra a 1,5m respecto a la plataforma de trabajo, que no va a ser rebajada.
- El terreno que conforma los primeros metros son unas arenas bastante permeables.
- Estamos cerca del mar, por lo que tendremos fluctuaciones de la cota del nivel freático.
La cota inferior de la futura viga de atado está algo por encima del nivel freático. Aquí está el límite, ya que si estuviese más baja, durante la ejecución de la viga, tendríamos un flujo continuo desde el trasdós del muro-pantalla al interior del recinto. Aun así tendríamos algunas soluciones:
- Hacer un rebaje del nivel freático en el trasdós del muro-pantalla.
- Inyectar las arenas con lechada de cemento con el objeto de reducir su permeabilidad.
- Pantalla de micropilotes, etc.
Pero bueno, imaginaremos que no vamos tan lejos y que dejamos la viga a la cota que hemos dicho.
Viga de atado: Aspectos importantes a tener en cuenta
- Como hemos dicho, el nivel freático no será estable y podremos tener variaciones diarias de hasta 20-30cm.
- Al estar el nivel freático tan somero, la bentonita no va a trabajar especialmente bien en los primeros metros.
- El recinto que queda al abrigo de las pantallas debe ser estanco. No debemos permitir tener flujos de agua a través del trasdós. Bastante tenemos con el agua que entra por el pie de las pantallas.
- Ojo con los bombeos mientras aún estemos ejecutando pantallas. Tal vez queramos rebajar un poco el nivel freático para ejecutar la viga y esto como sabemos, puede lavar el hormigón de las pantallas. En estas condiciones, no parece muy buena idea empezar a ejecutar la viga hasta que las pantallas estén terminadas. Y sí se quiere hacer, hay que tener certidumbre de la velocidad de flujo que inducimos con el bombeo.
Soluciones tenemos a nuestro alcance.
Opción 1: Dejar el hormigón bajo
La solución podemos decir que es la tradicional.
Dejamos el hormigón de las pantallas a la cota teórica de la cara inferior de la viga de atado. Esta solución tiene las siguientes particularidades:
- Tendremos que hacer un murete de dimensiones considerables, con una altura de casi metro y medio. Además, la cota de cimentación del mismo será prácticamente la del nivel freático. Estas condiciones no son las mejores para ejecutar un murete, tanto desde el punto de vista de la seguridad como de la productividad.
- La cota de hormigonado de las pantallas debe ser aquella que una vez picada y saneada la pantalla, el hormigón “sano” de la misma nos quede a una cota superior a la del nivel freático. Esto es bastante complicado, ya que como sabemos el límite imaginario entre el hormigón sano y el que es necesario eliminar dibuja una parábola centrada en el tubo Tremie. Esto implica que en la zona de las juntas haya que bajar mucho más durante el saneado, corriendo el riesgo de situarnos por debajo del nivel freático.
Si esta situación se diese, tendríamos un flujo de agua que además de entorpecer nuestras actividades nos podría estar lavando el hormigón durante el hormigonado de la viga de atado.
Ante este temor, lo habitual es curarse en salud y hormigonar las pantallas hasta una cota superior a la habitual en condiciones más favorables. Como contraprestación, tendremos que asumir mayores mayor gasto en hormigón y un trabajo extra de picado, sobre todo en el centro de los paneles.
Opción 2: Hormigonado de la viga de atado a rebose
Dados los problemas que podemos tener durante la ejecución del murete y la incertidumbre de la cota a la que encontraremos en hormigón sano, una opción muy plausible es la de hacer un murete de dimensiones razonables (80cm de altura) y hormigonar “a rebose”, es decir, hasta que veamos que por todo el murete nos sale un hormigón prácticamente idéntico al que estamos vertiendo.
Aunque esta es una buena idea, hay algunos aspectos que no hay que dejar pasar por alto:
- Obviamente tendremos un elevado incremento en la cantidad de hormigón a emplear. También anotar una cosa. Cuando decimos a rebose, no hay que ser tan estrictos. Cuando el hormigón que vaya rebosando sea “razonablemente” parecido al que vertemos, podemos dar por terminado el hormigonado.
- Los trabajos dedicados al picado del muro pantalla se verán incrementados. En este caso, no será un saneamiento, ya que el hormigón es de buena calidad, sino un picado del hormigón de la pantalla para bajarlo hasta la cota de la cara inferior del murete. Es por ello que no hay que ser tan estricto con la calidad del hormigón que rebosa durante el hormigonado del muro-pantalla.
Algo que se puede hacer para reducir estos trabajos (y de hecho se hace, sobre todo en pilotes), es recién acabado el hormigonado del panel, con el hormigón aún fresco, poner a una cuadrilla que en la medida que puedan retire la mayor cantidad de hormigón.
- Tal vez el murete del trasdós del muro-pantalla haya que retirarlo y nos toque hormigonar la viga de atado a dos caras. Digo tal vez, porque si el terreno es arenoso, como lo es este, es muy posible que “chupe” algo de lechada de cemento del hormigón y eso sea suficiente para que soporte el murete-guía del trasdós y así, la viga de atado pueda ser hormigonada contra el terreno.
Conclusión
¿Cuál elegir? Aquí está el tema. Si dependiese de mí, claramente me iría a la segunda opción. Es la que menos riesgo tiene y creo que si existe un sobrecoste, este se ve claramente justificado por la seguridad y por la mejora de plazos. Pero vaya, es tan solo mi opinión personal, cada uno tendrá la suya, pero lo importante es lo que muchas veces os digo por aquí. Cada solución tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. El decantarnos por una no nos debe cegar de las contraprestaciones que pueda tener.
Espero que os haya gustado, y sobre todo, que os sea útil.
Nos vemos pronto.