Hoy hemos tenido una noticia buena y otra mala. ¿Cuál queréis primero? Si os parece, empezamos por la buena: nos han adjudicado la realización de unos anclajes o unas inyecciones por las que llevábamos peleando un tiempo. Pero la mala es algo que ya se sabía cuándo realizábamos nuestra oferta: en punto de emboquille de las perforaciones se sitúa por debajo del nivel freático. Además tenemos la práctica certeza que vamos a tener un entrada de flujo importante de agua a la obra a través de las perforaciones, y muy posiblemente este flujo nos “lave” el terreno.
Ya vimos en anteriores post algo sobre este tema que nos puede servir de punto de partida a este post:
- Perforando por debajo del nivel freático. Aquí vimos la casuística que rodea a este fenómeno. Es decir, los condicionantes que se deben de dar en la obra para tener entrada de un flujo de agua (con o sin arrastres).
- Problemática cuando perforamos por debajo del nivel freático. Aquí entramos a detallar las consecuencias de este fenómeno.
En este post, y en alguno más venidero, vamos a intentar dar algunas soluciones. Hoy empezaremos con las dos soluciones más elementales y poco a poco nos iremos complicando la vida:
Rediseñar el proyecto
Alguno ya estará diciendo: “joer, ya estamos con que nada más llegar a la obra se intenta cambiar el proyecto”. Aceptando esta queja como válida, hay que pensar que puede ser una solución buena para todas las partes implicadas, así que no tenemos porqué descartarla. Imaginemos que la obra consiste en la realización de dos niveles de anclajes en un muro pantalla, estando el inferior situado por debajo del nivel freático. Cabría preguntarse si es posible cambiar la posición de los dos niveles o tal vez realizar un único nivel de anclajes que estaría situado por encima del nivel freático.
Aspectos a tener en cuenta
- Hay que comprobar que los movimientos de la pantalla serán admisibles durante todo el proceso de ejecución. Especial atención a los movimientos en la parte superior de la pantalla que serán los más perjudicados.
- Introducción de otros elementos de apuntalamientos provisionales: bermas y apuntalamientos metálicos.
- Balance de costes para el industrial: rendimiento, maquinaria a emplear, costes materiales, reducción del riesgo, reducción de elementos auxiliares (bombeo) y de personal, etc. Hay que tener en cuenta que las medidas preventivas previstas para evitar la entrada de agua/terreno ya no serán necesarias.
- Mejoras en los plazos.
- Posibles descuentos al cliente.
- Eliminación de riesgos a terceros: asientos en viales y edificaciones cercanas.
En definitiva, hay que darle una vuelta a todos los aspectos de la obra y ver hasta qué punto interesa a todas las partes implicadas buscar nuevas soluciones. Aunque parezca mentira, es una solución que se ha llevado a cabo en muchas ocasiones. Consiste en calentarse la cabeza al principio con el fin de mejorar la obra globalmente (ya lo dice el refranero: “más vale campanazo un día que campanillas toda la vida”). Por otra parte, el aportar soluciones óptimas a la obra es una ventaja competitiva que toda empresa especialista debe de intentar poner en valor.
Perforar desde un nivel superior
Imaginemos que a la opción anterior no es viable ya que parece ser que alguno de los aspectos expuestos anteriormente no permite que cambiemos el diseño inicial. Bueno, no es el fin del mundo, aún tenemos posibilidades de “escaquearnos” de situar el punto de emboquille por debajo del nivel freático. Para la siguiente exposición nos apoyaremos de nuevo en los la ejecución de unos anclajes.
La solución pasaría por ejecutar los anclajes situando la plataforma de trabajo por encima del nivel freático.
Así dibujado parece sencillo, pero no lo es ni mucho menos. Habrá que tener en cuenta cómo deberemos llevar a cabo los trabajos, para poder luego valorarlos económicamente y poder compararlos con otras posibles soluciones. Si consideramos que el terreno desprende (perforamos con tubería de revestimiento), los pasos para la ejecución serían los siguientes:
Procedimiento constructivo
1. Perforación del tramo de la plataforma de trabajo hasta el muro-pantalla.
El diámetro de la perforación (D1) debe de ser aquel que permita que instalemos en el interior una tubería de PVC de unos 2mm de espesor. Esta tubería permitirá que cuando tengamos que cambiar la corona para perforar el muro-pantalla, el terreno no desprenda. Este sería un esquema de la sección en cualquier punto:
2. Instalación del tubería de PVC hasta el punto de emboquille y retirada de la tubería de revestimiento.
3. Cambio de corona adecuada para perforar el hormigón armado. Habrá que estar muy seguro que tenemos medios adecuados para llevar a cabo esta tarea.4.
4. Perforación del muro-pantalla con un diámetro menor (D2)
5. Extracción de la tubería con el fin de extraer el testigo de hormigón armado.
6. Perforación del terreno (trasdós). Tendremos que valorar si es necesario cambiar la corona de la tubería de revestimiento y/o reducir el diámetro de la perforación.
El resto del proceso es exactamente igual al normal que empleamos en la ejecución de anclajes en condiciones normales, asegurándonos que la inyección de relleno llega hasta la boca de nuestra perforación.
Hay que tener en cuenta que si el terreno situado al trasdós de la pantalla no desprende, el proceso se simplifica notablemente.
Por último, no hay que olvidar que los anclajes ejecutados así afectarán de alguna manera a la ejecución de la excavación del vaso.
Como en el caso anterior tendremos que hacer una evaluación económico-técnica del asunto. Por un lado tendremos unos sobrecostes que vendrán motivados por un consumo mayor de materiales de ejecución, mayor longitud perforada, cambios de diámetros de perforación, etc. que deberán ser compensados con la reducción de riesgos a terceros y la eliminación de las medidas preventivas. Un aspecto muy importante a valorar es la mejora o empeoramiento del rendimiento. Cabe pensar que el hecho de perforar más metros y emplear este procedimiento de ejecución puede reducir los rendimientos, pero esto no debe de ser así necesariamente. El que ha sufrido los problemas de perforar con el punto de emboquille por debajo del nivel freático sabe cuánto puede verse reducido el rendimiento, incluso cuando se ha planificado todo teniendo en cuenta este fenómeno.
Estas dos soluciones que aquí hemos planteado deberían de ser valoradas siempre que nos veamos en una situación como esta, ya que son relativamente sencillas de comparar con el procedimiento establecido y podemos dar lugar a una situación que cumpla con los requerimientos técnicos de la estructura, a la vez que logramos un sistema de ejecución mucho menos riesgos, y tal vez, más económico.
Aquí damos por terminado el post. Espero que os haya resultado interesante, y si es así, no dudéis en compartirlo. Muchas gracias por vuestro tiempo.
Excelente información.
Hola Nacho, dudas que me surgen respecto a perforar el anclaje desde un nivel superior:
1.- Obviamente la perforación se puede empezar más arriba del nivel freático, pero ¿la placa del anclaje contra qué elemento la sitúas para tensarlo?
2.- Otro problema que no me queda claro como resolver es ¿una vez que has finalizado el anclaje (tal y como lo tienes en la figura), cómo continúas tu excavación para alcanzar la cota de proyecto por debajo del nivel freático sin “romper” el anclaje?
Salu2!
Hola Bran,
La placa de anclaje se coloca tras realizar la excavación correspondiente contra el muro. Una vez se perfora y se colocan los cables del anclaje desde una cota superior, se inyecta también. Cuando se excave por debajo del nivel freático, la lechada endurecida hará que no salga agua por la boca del anclaje y podremos trabajar en seco.
Los cables se pueden proteger con una tubería de PVC (se coloca antes de retirar el encamisado-revestimiento) y claro, excavando con cuidado.
Salu2